El Real Seminario de Bergara ha sido siempre una institución vanguardista e impulsora de la innovación. Al menos, desde finales del siglo XVI Bergara siempre ha apostado por la modernidad y la innovación, y siempre ha tenido muy presentes las novedades y nuevas ideas que se daban en Europa con el fin de conocerlas y hacerlas suyas.

Fachada del Real Seminario de Bergara en una postal antigua

El Real Seminario de Bergara es la cuna de la Ciencia en el País Vasco. Ha sido, a lo largo de la historia, una de las instituciones más importantes tanto en el campo de la educación de calidad como en el de la investigación científica.

Para corroborar lo dicho baste recordar que en sus instalaciones se descubrió un nuevo elemento químico, el wolframio (1783), que el método para hacer maleable el platino también se debe al Real seminario, que el primer Jardín Botánico de Gipuzkoa fue el del Seminario, al igual que la primera colección científica de mineralogía y que el primer laboratorio moderno de Química se instaló en Bergara. Sigamos recordando que el primer observatorio meteorológico se organizó en el Seminario, que la primera Escuela Industrial para la formación de Ingenieros fue la de Bergara y que los primeros herbarios y colecciones zoológicas con finalidad científica se formaron en nuestra institución. Y no olvidemos que desde el año 1976 Bergara es ciudad universitaria.

Además, el Real Seminario constituye un conjunto monumental extraordinario, de gran fuerza y atractivo, con su fachada monumental, con su templo del siglo XVII declarado monumento, con los descubrimientos deslumbrantes que aquí se dieron a nivel científico en los siglo XVIII y XIX y con la rica y abundante colección histórico científica que el Ayuntamiento de la localidad ha recuperado.

Bergara tiene en su Real Seminario el elemento cultural y turístico de mayor potencial, que se configura además como uno de los factores más importantes para el desarrollo de la localidad. Por su importancia histórica y por la calidad y singularidad de su legado material, el Real Seminario transciende el marco local y se configura como uno de los elementos más importantes en la historia de Gipuzkoa y del País Vasco.

Siglos XVI y XVII

La institución que nos ocupa nace a finales del siglo XVI, aunque en aquella época todavía no era conocida como Real Seminario.

Efectivamente, lo que ocurrió a finales del siglo que acabamos de mencionar fue la fundación por parte de la Compañía de Jesús de un centro educativo en nuestra localidad, el Collegium Vergarensis al que comúnmente se denominaba el Colegio de la Compañía. Esta escuela regentada por los jesuitas, además de impartir la Primeras Letras (es decir, la enseñanza de la lectura, la escritura, las cuatro operaciones matemáticas básicas y rudimentos de la doctrina católica, lo cual sería equiparable a una educación básica), en Bergara también impartían Humanidades (Letras Humanas; latín en profundidad, humanidades y retórica; conocimientos que podrían considerarse como constitutivos de las enseñanzas medias de aquella época). Hoy en día resulta habitual que en localidades grandes y en aquellas de tamaño medio exista más de un centro de enseñanzas medias. En el pasado, sin embargo, las cosas no eran así. No debemos pensar que todos los pueblos contaran con escuela, ni siquiera con maestro de latinidad. Y, por supuesto, no todas las ciudades tenían el privilegio de poseer escuelas de la Compañía de Jesús, orden religiosa que adquirió justa fama en la enseñanza de las Letras Humanas. A este respecto resulta esclarecedor el dato de que durante los siglos XVII y XVIII los jesuitas regentaran no más de nueve escuelas en el País Vasco.

La Compañía de Jesús fue, poco a poco, construyendo las partes más significativas del edificio que actualmente conocemos por el nombre de Real Seminario. Tras ubicarse en varias sedes provisionales, la Compañía levantó el denominado “Cuarto Nuevo” entre los años 1604 y 1630 (se trata de la parte Norte del edificio rectangular situado tras la iglesia del Seminario); posteriormente construyeron el templo de todo el conjunto edilicio (entre 1628 y 1677) y finalmente la llamada “Casa de los Estudios”, que terminó de edificarse en 1679 y que se situaba contigua a la fachada principal de la iglesia, conformando la plaza de Bergara. En el año 1767 el rey Carlos III expulsó a la Compañía de Jesús de todos sus reinos con lo que el colegio de Bergara quedó vacío.

Dibujo de la fachada antigua

Décadas finales del siglo XVIII

La Ilustración fue el movimiento filosófico predominante durante la segunda mitad del siglo XVIII. El pensamiento ilustrado se centra en el ser humano y en la razón, y considera indispensable el cultivo del conocimiento y la expansión de la educación como medio para conseguir el progreso de la sociedad. En esta época se concede gran importancia al cultivo de las ciencias experimentales, se fundan academias científicas, se crean Sociedades de Amigos del País… Nos encontramos en los años de mayor esplendor del Real Seminario. Efectivamente, tras una serie de años de preparación, la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País (RSBAP) puso en marcha el “Real Seminario Patriótico Bascongado” que puede considerarse como el mayor logro práctico alcanzado por el movimiento de la Ilustración en el País Vasco. En este centro educativo, que contaba con un programa de estudios muy avanzado, se lograron, gracias a sus magníficas instalaciones científicas, una serie de hitos que han pasado a formar parte de la historia universal de la ciencia.

El Real Seminario contó con profesores e investigadores de primer nivel que se ocuparon, además de desarrollar una fructífera labor investigadora, de regentar las cátedras experimentales de Química, y Mineralogía y Metalurgia. El afamado químico francés Louis Joseph Proust, conocido entre otras razones por formular la “ley de las proporciones definidas”, fue el primer catedrático de Química del Seminario de Bergara; a él se debe la organización y puesta en marcha del “Laboratorium Chemicum” de nuestra institución, uno de los laboratorios de química más importantes y mejor dotados de Europa en aquella época. Debemos mencionar al también francés Pierre François Chabaneau, segundo catedrático de Química del Seminario, el cual, gracias a que descubrió en las instalaciones científicas de Bergara el método para purificar y hacer maleable el platino, ocupa un lugar destacado en la historia de la Química.

Durante los años 1781 y 1785 ocupó la cátedra de Mineralogía y Metalurgia el renombrado químico y mineralogista Fausto de Elhuyar. Él, junto con su hermano Juan José, siguiendo un proceso químico de aislamiento, descubrió el wolframio en los laboratorios del Real Seminario de Bergara (1783). Como comentaremos en seguida, el descubrimiento del wolframio supuso el culmen del quehacer científico desarrollado en el Seminario. Por último citaremos al sueco A. N. Thumborg, catedrático también de Mineralogía y Metalurgia años más tarde (1788-1794). A él se debe el redescubrimiento del método de purificar el platino y de su maleabilidad. Ya hemos comentado que dicho logro fue alcanzado años antes por Chabaneau, pero, al ser considerado de interés estratégico, fue proclamado secreto por el rey.

Cubierta de la primera Enciclopedia

Siglo XIX

Durante el siglo XIX el Real Seminario continuó siendo un centro educativo y de investigación de primer orden en el contexto del País Vasco y ciertamente relevante a nivel estatal. De hecho, en el siglo XIX se instauró en el Real Seminario la Escuela Industrial para la formación de ingenieros. Era la única escuela de ingenieros del País Vasco. En 1850 solo existían cuatro escuelas de este tipo en todo el Estado: en Madrid, en Barcelona, en Sevilla y la ya citada de Bergara. La Escuela Industrial de Bergara está en el origen y es el antecedente directo de la Escuela de Ingenieros Industriales de Bilbao (fundada en 1897).

Por otro lado, el Real Seminario de Bergara también fue muy importante a nivel de Gipuzkoa: a mediados del siglo XIX el Real Seminario de Bergara pasó a ser Instituto Guipuzcoano, primer instituto de Gipuzkoa y además, único instituto oficial de la provincia durante décadas. En el siglo XIX los catedráticos de los institutos, además de la tarea docente, se dedicaban a la investigación científica y testimonio de ello son los libros científicos escritos en Bergara, así como el jardín Botánico y el observatorio meteorológico, primero y único de Gipuzkoa, con que contaba el centro bergarés. Por aquella época el Seminario poseía gabinetes y laboratorios científicos muy importantes y muy bien provistos, tanto de química, como de física y de historia natural. Pero la oferta del Seminario en aquel tiempo no se acababa ahí, ya que también se podían realizar estudios especializados de comercio y de matemáticas. En el siglo XIX se hicieron numerosas obras en el edificio del Seminario. Las más importantes tuvieron lugar en la década de 1860, ya que fue entonces cuando se construyó la fachada principal que conocemos en la actualidad.

Real Seminario Científico industrial. Portada del programa educativo.

Colegio de los padres dominicos

En el año 1880 el Gobierno decidió trasladar el Instituto Superior Guipuzcoano de Bergara a San Sebastián, al tiempo que dispuso que el Real Seminario pasara a ser regentado por los Padres Dominicos, quienes debían instalar en el mismo un colegio de enseñanza media ampliado con una serie de cátedras especiales. Este centro educativo adquirió pronto gran fama, entre otras razones por contar con excelentes laboratorios científicos que tuvieron como objetivo no solo la educación, sino también la investigación. Efectivamente, aunque el establecimiento en San Sebastián del Instituto Provincial supuso el traslado a la capital de ciertos materiales de los gabinetes y laboratorios del Real Seminario, los PP. Dominicos volvieron a enriquecerlos. Adquirieron moderno instrumental con el que completar el conjunto de piezas destinado a la enseñanza de la Física y de la Química y reactivaron sobremanera las colecciones de Ciencias Naturales. Entre éstas destaca la amplia, completa y rica sección de Zoología, que durante algunos años fue testigo de una intensa actividad científica, retomando la conexión con naturalistas europeos y participando activamente en el vivo debate que sobre las relaciones entre la Fe y la Razón suscitaron, a nivel europeo, los espectaculares avances científicos del siglo XIX.

Los PP Dominicos finalizaron su labor docente en el Real Seminario en 1972. Cuatro años después, Bergara se convirtió en ciudad universitaria. En primavera, el trabajo realizado por la asociación local “Promoción Cultural Bergaresa” y las gestiones del Ayuntamiento fructificaron en la concesión a la Villa del Centro Asociado Regional de la Universidad Nacional de Educación a Distancia. En octubre del mismo año se creó oficialmente el Patronato Rector de dicha institución, y finalmente el 4 de noviembre de 1976 se celebró en el Real Seminario el solemne acto de apertura del primer curso académico del centro UNED de Bergara.